domingo, 16 de mayo de 2010

RÓMULO BUSTOS (FECHA INAUGURAL)

Rómulo Bustos Aguirre, (Santa Catalina de Alejandría, Colombia, 1954)

Su obra poética ha circulado a través de diversas publicaciones y eventos nacionales e internacionales: revista Casa Silva, revista Atlántica, revista Estafeta del viento, revista El malpensante, Festival de poesía de Medellín, Festival internacional de poesía de Rosario, Hay festival de Segovia, Feria del libro de Chile, entre otros.

 Autor de los poemarios

El oscuro sello de Dios (1988) (Premio Nacional de Poesía, otorgado por la Asociación de escritores de la Costa Caribe)

Lunación del amor (1990)

 En el traspatio del cielo (Premio Nacional de Poesía de Colcultura, 1993)

  Palabra que golpea un color imaginario (1996), compilación, en la colección Encuentros Iberoamericanos, de la Universidad Internacional de Andalucía

La estación de la sed (1998),

Oración del impuro (2004),  compilación, publicada por la Universidad Nacional de Colombia)

Sacrificiales (2007). Edit. Veintisieteletras, Madrid.

De la dificultad para atrapar una mosca (antología) 2008. Universidad externado de Colombia. Bogotá

Muerte y levitación de la ballena (2010). Editado por la Universidad complutense de Madrid. ( Premio Blas de Otero  de poesía 2009 de la Universidad Complutense de Madrid) 

De próxima publicación:

-Rómulo Bustos: Obra poética, edición del Ministerio de Cultura de Colombia (2010)

 Reside actualmente en Madrid, donde realiza estudios doctorales en Ciencias de las religiones con campo de investigación en Literatura y religión en la poesía colombiana.


Un poema de Rómulo Bustos

DACTILOSCOPIA

Justo cuando mueves el hilo con el dedo

aparece la araña con todas sus patas, su abdomen, sus pelos

y sus ojos casi ciegos

 

Examina atentamente tu dedo

los meandros sin centro aparente de tu huella 

la uña curvada y agresiva, la pequeña mugre que en ella

                                                               se acumula

Los pellejos que se han endurecido a ambos lados y parecen 

pequeños cuernos, es lo que más familiar  le resulta

Pero no acierta a intuir el resto misterioso en que te extiendes

con todas tus patas, tu abdomen, tus pelos y tus ojos casi ciegos

 

Le resultas una presa extraña

 

Demasiado evidente para ignorarla

demasiado hipotética  para comerla

 

Decide que tú debes ser Dios o algo parecido

y se agazapa de nuevo a esperar un bicho menos complicado

más limpio y digerible

 

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